sábado, 25 de abril de 2015

Lic. & Prof. E. J. Martínez-Avellaneda ®

LA ILUSTRACIÓN
La Ilustración en español, Iluminismo en italiano, Aufklärung en alemán, Enlightenment en inglés, Lumières en francés. Este término es uno de los varios grupos de ideologías del mundo moderno.
La Ilustración ha sido, como ideario una de las más persistentes y divisivas. Comenzó en las transformaciones ideológicas del Renacimiento y se desarrolló enérgicamente por las revoluciones técnicas, económicas y políticas en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Desde este origen pasa el movimiento a Francia, donde toma contextura más radical con el Enciclopedismo. De allí pasa al resto de Europa y América.
 A este movimiento debemos la concepción de “sociedad global”, o sea un renacimiento del Cosmopolitanismo.  El primero en acuñar el término cosmopolita fue Diógenes el Cínico en el siglo V ane. (Antes de nuestra época ane: se usa este término para evitar la confusión [aec, antes de la era común, que también puede ser entendida como antes de la era cristiana].
Esta concepción de “ciudadanos del mundo” es también una noción de la Ilustración, aunque todavía debamos recorrer un largo camino para comprender y dejar ese sentimiento de nacionalismo. Aunque hoy en día mucha gente de mentes liberadas y educadas aceptan que los pueblos desean y son capaces de cooperar, a través de las divisiones políticas creadas por las fronteras. El mundo es nuestra única casa.
La ilustración fue y es, según sus más notorios exponentes, un movimiento filosófico crítico, donde  es desplazada la metafísica (más allá de lo físico), siendo un camino abierto, de progresión continua y sujeto a un examen y reevaluación constante.
Como vemos, hay un muy claro sentido de la dirección al cual la humanidad se dirige, y el porqué; sin poner ninguna clase de límite para su futuro desarrollo.  Ser una persona de la Ilustración significaba y significa, ser crítico y el criticismo no funciona sin el uso de la razón. El filósofo alemán Emmanuel Kant en una réplica escribió: “La razón  permite salir a las    personas aún infantiles de su propia minoridad. La minoridad, dijo Kant, es la inhabilidad de hacer uso de su propio entendimiento, sin la guía de otro”.
Kant expresó que la minoridad, es como el andador de los niños en su aprendizaje de caminar. El andador intenta enseñar a caminar al niño. El andador que la sociedad provee son, las convenciones, la religión, los prejuicios, las tradiciones, que colocan al ser humano en una posición de ignorancia por negligencia propia (supina). El sistema da a las personas solo la ilusión de aprender.
Así es muy fácil aceptar esa condición, dejar que otros piensen por uno mismo. Si tengo un libro que tiene entendimiento para mí, un médico que juzga mi dieta por mí, un político que piensa por mí, un religioso que tiene consciencia para mí, un crítico que me da todo digerido y así continúa. Yo no tengo que hacerme problemas, otros lo hacen por mí.
La Ilustración permite que el ser camine por sí mismo, lo libera de los diques mentales que han sido erigidos para contenerlo. Le permite usar el hemisferio izquierdo del cerebro, el del razonamiento y limita el hemisferio derecho, el de los sentimientos. Estos dan respuestas que no se razonan: los dogmas, creencias, fórmulas, etc.; son los instrumentos mecánicos para el mal uso de las emociones, disfraces de la razón.

El NO uso de la razón, es la cadena que mantiene al ser en la minoridad. Para liberarse,   el debe pensar, criticar, investigar por sí mismo. Fue el poeta romano Horacio que dijo, “Sapere aude” Atreverse a conocer, para ello es indispensable usar la razón. 

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