Lic. & Prof. E. J. Martínez-Avellaneda ®
LA
ILUSTRACIÓN
La Ilustración en español, Iluminismo en italiano, Aufklärung en alemán, Enlightenment en inglés, Lumières en francés. Este término es uno
de los varios grupos de ideologías del mundo moderno.
La
Ilustración ha sido, como ideario una de las más persistentes y divisivas.
Comenzó en las transformaciones ideológicas del Renacimiento y se desarrolló enérgicamente
por las revoluciones técnicas, económicas y políticas en Inglaterra en los
siglos XVII y XVIII. Desde este origen pasa el movimiento a Francia, donde toma
contextura más radical con el Enciclopedismo. De allí pasa al resto de Europa y
América.
A este movimiento debemos la concepción de
“sociedad global”, o sea un renacimiento del Cosmopolitanismo. El primero en acuñar el término cosmopolita
fue Diógenes el Cínico en el siglo V ane.
(Antes de
nuestra época ane: se usa este
término para evitar la confusión [aec, antes de la era común, que también puede ser entendida como antes de la era cristiana].
Esta
concepción de “ciudadanos del mundo”
es también una noción de la Ilustración, aunque todavía debamos recorrer un
largo camino para comprender y dejar ese sentimiento de nacionalismo. Aunque
hoy en día mucha gente de mentes liberadas y educadas aceptan que los pueblos
desean y son capaces de cooperar, a través de las divisiones políticas creadas
por las fronteras. El mundo es nuestra
única casa.
La
ilustración fue y es, según sus más notorios exponentes, un movimiento
filosófico crítico, donde es desplazada la metafísica (más
allá de lo físico), siendo un camino abierto,
de progresión continua y sujeto a un examen y reevaluación constante.
Como vemos,
hay un muy claro sentido de la dirección al cual la humanidad se dirige, y el
porqué; sin poner ninguna clase de límite para su futuro desarrollo. Ser una persona de la Ilustración significaba
y significa, ser crítico y el criticismo no funciona sin el uso de la razón. El
filósofo alemán Emmanuel Kant en una réplica escribió: “La razón permite salir a las
personas aún infantiles de su propia minoridad. La minoridad, dijo Kant,
es la inhabilidad de hacer uso de su propio entendimiento, sin la guía de otro”.
Kant
expresó que la minoridad, es como el andador de los niños en su aprendizaje de
caminar. El andador intenta enseñar a caminar al niño. El andador que la
sociedad provee son, las convenciones, la religión, los prejuicios, las
tradiciones, que colocan al ser humano en una posición de ignorancia por
negligencia propia (supina). El
sistema da a las personas solo la ilusión de aprender.
Así es muy
fácil aceptar esa condición, dejar que otros piensen por uno mismo. Si tengo un
libro que tiene entendimiento para mí, un médico que juzga mi dieta por mí, un
político que piensa por mí, un religioso que tiene consciencia para mí, un
crítico que me da todo digerido y así continúa. Yo no tengo que hacerme
problemas, otros lo hacen por mí.
La
Ilustración permite que el ser camine por sí mismo, lo libera de los diques
mentales que han sido erigidos para contenerlo. Le permite usar el hemisferio
izquierdo del cerebro, el del razonamiento y limita el hemisferio derecho, el
de los sentimientos. Estos dan respuestas que no se razonan: los dogmas,
creencias, fórmulas, etc.; son los instrumentos mecánicos para el mal uso de
las emociones, disfraces de la razón.
El NO uso de la razón, es la cadena que mantiene
al ser en la minoridad. Para liberarse, el debe pensar, criticar, investigar por sí
mismo. Fue el poeta romano Horacio que dijo, “Sapere aude” Atreverse a
conocer, para ello es indispensable usar la razón.
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